Sin City
24 de agosto, Las Vegas.
Las Vegas es la capital del juego y una de las ciudades número uno en fiesta, espectáculo, dinero, lujo, entretenimiento y sexo.
Brutalmente excesiva, construida en medio del duro desierto. Megalomaníaca, soberbia y sorprendente. Los casinos dominan la ciudad con laberínticos túneles infinitivos que conectan los macrohoteles de lujo que se elevan locamente con miles de habitaciones sobre las máquinas tragaperras, las ruletas, las mesas de juego y las gigantes pantallas de apuestas.
En el reino de la ludopatía todo está maquiavelicamente pensado: el ardiente calor de más de 40ºC te obliga a moverte por la ciudad de un casino a otro, para descansar te tienes que sentar en uno de los sillones de juego que automaticamente te sitúan una y otra vez delante de la máquina tragaperras, las seductoras crupiers te llaman y las relucientes luces te incitan a jugar una y otra vez.
La fachada del éxito es constante en toda la ciudad. Aunque escapes de ellas en los supermercados y en las gasolineras encuentras de forma paranoica más zonas de juego al lado de la comida.
Entre los casinos y las habitaciones de lujo surgen numerosas galerías sin final con las principales marcas de ropa, calzado y tecnología junto con los restaurantes más comerciales.
Si quieres ir de compras no gastes nada en ropa en al menos dos años, prepara unos 5.000 euros y quédate al menos un fin de semana en Las Vegas.
¡El dinero vuela a la velocidad del rayo!
Vistas desde la terraza de nuestro hotel: el Mandalay Bay.
P.D. ¡Conseguimos grabar dentro de los casinos pese a las reiteradas intromisiones de seguridad!
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